Es sabido que los niños en general no poseen buenos hábitos alimenticios y con frecuencia, se niegan a comer la verdura, así como otros alimentos saludables. Y aunque mucho depende de los hábitos del hogar y de los adultos que representan el ejemplo a seguir por los niños, hay algunas estrategias probadas para que los niños se coman la verdura que han quedado al descubierto en un reciente estudio.
Al parecer, los dibujos animados, un cuento, involucrarlos en la preparación de las comidas y jugar así como plantar semillas de alimentos, son buenos y efectivos trucos para que los niños no se nieguen a comer vegetales, sino que por el contrario, se sientan orgullosos de hacerlo.
Al parecer, los dibujos animados, un cuento, involucrarlos en la preparación de las comidas y jugar así como plantar semillas de alimentos, son buenos y efectivos trucos para que los niños no se nieguen a comer vegetales, sino que por el contrario, se sientan orgullosos de hacerlo.
La investigación involucró a 26 niños reacios a comer verduras que se encontraban en edad preescolar y durante ocho semanas se realizaron actividades con el apoyo de los padres destinadas a promocionar los beneficios de ingerir frutas y verduras. Así, mediante dibujos animados, canciones, talleres de cocina, juegos y demás, los niños se familiarizaron con estos alimentos y el consumo en los niños de frutas y verduras se incremento notablemente.
Estos resultados demuestran que si el niño acostumbra a ver estos alimentos en su ámbito familiar es más frecuente y adecuado su consumo. Además, es claro que debemos involucrarnos en la adquisición de hábitos alimentarios en los niños, pues podemos producir un sesgo positivo en su dieta que tarde o temprano, los beneficiará.
Entonces, solicitar a los niños ayuda en la cocina, hablar de los beneficios de comer zanahoria, espinaca o brócoli y jugar a armar dibujos con ellos en cada plato, pueden ser efectivas estrategias para que los niños incorporen vegetales poco a poco en su dieta.
Además, comer lo mismo que ellos y junto a ellos, también resulta favorable, pues los niños se sienten especiales y encuentran más seguridad a la hora de comer algún alimento nuevo en su dieta, ya que si su padre lo come, ellos también podrán hacerlo sin inconvenientes.
Estos resultados demuestran que si el niño acostumbra a ver estos alimentos en su ámbito familiar es más frecuente y adecuado su consumo. Además, es claro que debemos involucrarnos en la adquisición de hábitos alimentarios en los niños, pues podemos producir un sesgo positivo en su dieta que tarde o temprano, los beneficiará.
Entonces, solicitar a los niños ayuda en la cocina, hablar de los beneficios de comer zanahoria, espinaca o brócoli y jugar a armar dibujos con ellos en cada plato, pueden ser efectivas estrategias para que los niños incorporen vegetales poco a poco en su dieta.
Además, comer lo mismo que ellos y junto a ellos, también resulta favorable, pues los niños se sienten especiales y encuentran más seguridad a la hora de comer algún alimento nuevo en su dieta, ya que si su padre lo come, ellos también podrán hacerlo sin inconvenientes.